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María Odilia Castro Hidalgo (1908–1999)

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Educadora y Enfermera

Ingresa a la Galería de las Mujeres (Edición 2006) por su trayectoria de vida y por ser una mujer que enfrentó los convencionalismos de la sociedad de su época. Hizo de la Educación un baluarte para la emancipación de las mujeres.

Nació en Santiago de Puriscal, el 26 de octubre de 1908, sus padres, ambos maestros, se trasladaron unos años después a San José, en busca de mejores oportunidades para sus hijos.

En la década de 1920, mientras fue alumna en el Colegio Superior de Señoritas, participó en campañas de alfabetización, antialcohólicas, antituberculosas y otras de bien social; por ejemplo, las llamadas Procesiones de la Salud, que dieron origen a colonias veraniegas para los niños y niñas de familias tuberculosas, lo que posteriormente se convirtió en el Preventorio de Coronado.

Cuando se graduó de bachiller tenía la firme intención de estudiar medicina; pero la carrera no se impartía en el país y la familia no tenía los recursos para enviarla al exterior. Pensó en la enfermería como otra opción, pero también era una carrera larga y costosa, además de que no se consideraba entonces muy apropiada para una señorita.

Es por ello que completó sus estudios en educación en la Escuela Normal de Heredia, empezó a trabajar muy joven y tan pronto como pudo reunir el dinero necesario entró a la Escuela de Enfermería, entonces dependiente del Colegio de Médicos y Cirujanos. Cuando se tituló, trabajó como enfermera voluntaria durante las noches y en las vacaciones, alternando esta actividad con sus labores de maestra. También se sentía muy orgullosa de la colaboración que pudo brindar durante la guerra civil de 1948, atendiendo a las y los heridos. Y cuando debió abandonar su patria por motivos políticos, esa segunda profesión le permitió sobrevivir en tierras lejanas.

Posteriormente, en Venezuela, estudió Servicio Social, con lo cual completó un verdadero triángulo de solidaridad, que fue el norte de su vida.

Durante treinta años ejerció la docencia en el ámbito nacional, no solo como maestra en el aula, también como directora técnica de las escuelas Juan Rafael Mora (en la que inició su carrera), Mauro Fernández, República de México y Marcelino García Flamenco en San José, Delia Urbina en Puntarenas y John D. Rockefeller (actualmente llamada Jenaro Bonilla) en Turrialba.

Asistió como delegada del Magisterio Nacional al Primer Congreso Internacional de Maestros, celebrado en La Habana, Cuba, en 1939. Fue cofundadora de la organización Maestros Unidos, la cual dio origen a la Asociación Nacional de Educadores, siendo una de sus fundadoras.

En la década de 1940 trabajó como voluntaria en un programa denominado "Misiones culturales", con el propósito de preparar a la gente de zonas rurales para el proyecto de garantías sociales.

En 1964 representó a Costa Rica ante el Seminario para Dirigentes de Bienestar Social en América Latina, celebrado en Bogotá, Colombia. Durante esa misma década colaboró con el Centro de Nutrición y Salud en San Pedro de Montes de Oca, antecedente de los actuales CEN-CINAI; fue fundadora y vicepresidenta de la Organización de Ciudadanas Costarricenses y de la Federación de Organizaciones Voluntarias, así como de la Asociación de Educadores Pensionados y representante de ésta ante la Junta de Pensiones y Jubilaciones del Magisterio Nacional.

Ocupó durante mucho tiempo la vicepresidencia de la Asociación Pro Albergues del Patronato Nacional de la Infancia, institución a la que profesaba una dedicación especial, y con la que colaboró hasta pocos meses antes de su muerte, ocurrida el 5 de abril de 1999.

* Información presentada en el marco de la postulación al Reconocimiento Galería de las Mujeres.
Última actualización, año 2006.


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Información adicional

Textos sobre la galardonada

  • Chaves Salas, L. (2008). Educadoras y educadores inolvidables.  San José, Costa Rica: INIE-UCR.