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Ciencia, Tecnología y Género

Collage de fotografías de distintos talleres de mujeres en el área de ciencia y tecnología organizados por el INAMU

Antecedentes:

En los acuerdos del Consenso de Santo Domingo (2013) se dio prioridad "al acceso y la participación de la mujer y la niña en la educación, la capacitación, la ciencia y la tecnología, incluso para la promoción de la igualdad de acceso de la mujer al pleno empleo y a un trabajo decente" (p.1) acciones fundamentales para que las mujeres puedan tener autonomía económica, física y política, pues abre una gama de oportunidades para ellas dentro de "la economía digital,  proyectos de innovación y el acceso y uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones"(p.2),
 
El Consenso señala que:
La autonomía de las mujeres es un factor esencial para garantizar el ejercicio de sus derechos humanos en un contexto de plena igualdad y, en particular, el control sobre su cuerpo, su salud integral y el derecho a una vida libre de violencia (autonomía física), el acceso a la tierra y la capacidad de generar recursos propios (autonomía económica) y la plena participación en la toma de decisiones que afectan su vida y su colectividad (autonomía en la toma de decisiones) constituyen tres pilares que se apoyan mutuamente y son fundamentales para lograr una mayor igualdad de género y favorecer el acceso de las mujeres a las tecnologías de la información y las comunicaciones (Consenso de Santo Domingo, 2013, p.2)
 
Es por esto que, el Estado debe procurar facilitar el acceso de las mujeres a las tecnologías de la información y las comunicaciones, con el fin de disminuir las brechas existentes y las que pudieran producirse a futuro, pues esto tiene un gran impacto en la brecha de género.  Al respecto el   informe del Foro Económico Global señala que en todos los países del mundo la se mantiene la brecha de género, (Informe Global de Brecha de Género, 2016, p.7), demostrando que la paridad de género en el caso de la economía y los negocios es cada vez más evidente.
 
Según este informe, la brecha de género se podrá cerrar hasta en 83 años y la brecha salarial en 170 años. Es importante dentro de esta realidad estadística mencionar que el desarrollo y despliegue de capital humano es un elemento fundamental del crecimiento económico y la inclusión social en todos los países (Informe Global de Brecha de Género, 2016, p.8), incluyendo el nuestro, en donde la educación y la participación económica tiene un rol fundamental para el cierre de la brecha de género e indudablemente para alcanzar satisfactoriamente los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
 
Estas condiciones, limitan a la mujer en sus posibilidades, y no permiten eliminar la segregación en las ocupaciones, sobre todo para lograr que las mujeres incursionen en profesiones no tradicionales de alta especialización, para lo cual se debe reconocer la "negociación colectiva" (Declaratoria de Beijín, 2014, p.133) como un mecanismo importante para eliminar las desigualdades en la remuneración de las mujeres y mejorar las condiciones de trabajo.
 
El panorama laboral en Costa Rica según el INEC (2017) en el II trimestre de este año presenta una tasa de desempleo por sexo de 7,2 % para los hombres y para las mujeres de 10,6 %, mientras que la tasa neta de participación de los hombres fue 73,1 % mientras que para las mujeres fue de 45,5 %, en ambos casos los cambios son estadísticamente significativos con respecto al mismo trimestre de 2016 (2,1 pp. para el hombre y 2,3 pp. para la mujer). En consecuencia, se ha determinado mediante el Panel de Alto Nivel, que la gran restricción de las mujeres al mercado laboral es la gran limitante para que éstas logren la autonomía económica, y que existe un nicho de trabajo poco explorado por las mujeres; carreras normalmente masculinizadas dentro de las especialidades de las Ciencias básicas y las Tecnologías.
 
En la realidad costarricense, la brecha de género a nivel curricular se ve expresa en la inclinación que tienen las mujeres por carreras tradicionales. El informe Global de Brecha de Género recientemente presentado por el INCAE (octubre, 2016) señala que las graduadas en Ingeniería Mecánica ocupan 8% vrs 92% de hombres, esto de 2010 a 2014, así mismo, casos como la Ingeniería Electrónica y eléctrica con un 12% correspondiente a las mujeres y un 88% a los hombres. En las matemáticas los números se voltean, con un 85% para las mujeres y un 15% para los hombres, sin duda, una especialidad que en el campo de trabajo está muy enfocada a la docencia, profesión estereotipada como femenina. Carreras como Ingeniería civil, topografía, agrícola, computación e Ingeniería mecánica están sumamente masculinizadas (INCAE, 2006, p.16).
 
Por lo tanto, es fundamental asegurar que las mujeres y los hombres reciban igual acceso a la educación para optar a oportunidades de trabajo de forma no tradicionales, tal que se salvaguarde "la inclusión de las mujeres para la cuarta revolución industrial" como parte de su capital humano (The Global Gap Report, 2016, p.3).
 
Invertir en la educación de las niñas es uno de las inversiones de más alto retorno de una economía en desarrollo, pero no cualquier educación, sino una educación de calidad y con perspectiva de género, que brinde oportunidades laborales para nuestras jóvenes en los nuevos mercados. La educación debe ser inclusiva, desde el hogar hasta el nivel maternal, donde se empodere a las niñas a desarrollar todas sus capacidades y se les abra un abanico de posibilidades, sobre todo en las carreras no tradicionales de la Ciencia, la tecnología y la política, ya que las decisiones que nos atañe a todas y todos, han sido lideradas por hombres: por ejemplo, la Asamblea Legislativa se constituye por un 33 % de mujeres vrs 67% de hombres. (The Global Gender Gap Report, 2016, p.146). No es de dudar, que el discurso que prevalece es masculinizado, afectando mediante sus decisiones a una población diversa.
 
Por otra parte, el nivel de alfabetización en Costa Rica para ambos sexos es de 98% (The Global Gender Gap Report, 2016, p.146), no obstante, el no tener una educación con perspectiva de género—a mediano- largo plazo—tiene consecuencias negativas, pues el sesgo de género en los sistemas educativos repercute directamente en la decisión, desarrollo y práctica de las mujeres en una vida laboral. Al respecto la CEDAW (2010) sanciona y señala que debe existir:
 
Acceso a los mismos programas de estudios, a los mismos exámenes, a personal docente del mismo nivel profesional y a locales y equipos escolares de la misma calidad. La eliminación de todo concepto estereotipado de los papeles masculino y femenino en todos los niveles y en todas las formas de enseñanza, mediante el estímulo de la educación mixta y de otros tipos de educación que contribuyan a lograr este objetivo y, en particular, mediante la modificación de los libros y programas escolares y la adaptación de los métodos de enseñanza (pp.13-14)
 
Las asignaturas en el currículo escolar deben desarrollarse con perspectiva de género, de lo contrario, seguiremos construyendo modelos de conducta que refuerza estereotipos negativos para la mujer, mismos que se reflejan en una formación curricular que solo servirá para seguir aplicando a mercados de trabajo tradicionales "femeninos". Esta brecha puede tener un impacto aún más fuerte en la desigualdad de ingresos en el futuro. Por ejemplo, muchos pronósticos predicen que el trabajo futuro estará en puestos que hoy están totalmente masculinizados, tales como las profesiones basadas en funciones para la computación y las matemáticas, así como la arquitectura y las ingenierías (The Global Gender Gap Report, 2016, p. 33).
 
Esto requiere una profunda inversión en la educación STEM, es por ello que desde el INAMU conjuntamente con otras Instituciones se trabaja conjuntamente con el objetivo de motivar niñas y jóvenes para que aspiren y apuesten en carreras no tradicionales como las ingenierías.
 
Apoyamos el progreso de esta cohorte de habilidades de las mujeres y garantizar que sus capacidades.
 
¡Desde el INAMU seguiremos afirmando acciones, pues creemos fielmente en las habilidades y capacidades de las niñas, jóvenes y mujeres de nuestro país!
 
Mujeres del encuentro en el CATIE 2018