Gladys Capriles Gómes-Cásseres de L. Maduro

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Luego de graduarse de secundaria, con el título de Tenedora de Libros, a los 17 años empezó a trabajar en el negocio de su padre, labor que continuó al trasladarse a Costa Rica a fines de 1932, en la empresa de su esposo David L. Maduro, hasta la edad de 85 años.

Antes de 1973 la sangre y sus derivados eran objeto de un inicuo comercio; se  extraía sangre a los indigentes, alcohólicos, y a otras personas para venderla a los hospitales o a particulares que necesitaban de ella.

En ese tiempo doña Gladys fue contactada por un viejo amigo, el venezolano Abraham Ernesto Salas, quien era Vice-presidente de la Federación Internacional de Organizaciones de Donantes Voluntarios de Sangre (FIODS), cuya sede estaba en París. Esta entidad buscaba eliminar el comercio de la sangre en todo el mundo, por eso tenía filiales en varios países americanos.

Preocupada por la situación del comercio de la sangre en nuestro país, en particular de los más necesitados, acogió la idea de su amigo con alma, vida y corazón, e inició una ingente y ardua  labor de convencimiento, promociones y realizaciones, que al cabo de varios años, dio los importantes y loables frutos con la creación del  Banco Nacional de Sangre.

Para esos propósitos obtuvo el apoyo de la Asociación de Bienestar Social Esther de Mezerville y en esa primera etapa contó con la colaboración y apoyo de muchas personas y entidades, logrando conformar la Fundación DOVOSAN, primera entidad dedicada a concientizar a la población costarricense sobre la importancia de donar voluntariamente su sangre.  El lema  de la fundación era  "La sangre es vida y la VIDA no se vende".

Fue así como, en 1973 el Dr. José Luis Orlich B., como Ministro de Salud, logró la abolición de la exportación de sangre y sus componentes desde Costa Rica y el Dr. Luis Solano S., de la Caja Costarricense de Seguro Social, planificó con doña Gladys el trabajo de DOVOSAN con la Caja Costarricense de Seguro Social.

Posteriormente, se fundó la Comisión Nacional de Sangre, que llevó a la apertura del Banco Nacional de Sangre, inaugurado el 15 de marzo de 1979, ocasión en que se hizo un merecido homenaje a doña Gladys Capriles, como reconocimiento a su destacada labor, designándosele como: "PIONERA DE LA DONACION DE SANGRE EN COSTA RICA, POR SU ABNEGADA DEDICACION A FAVOR DE LA HUMANIDAD"

Además se logró la prohibición de comercializar la sangre, mediante la Ley General sobre el VIH-SIDA, del 20 de abril de 1995.

Doña Gladys  fue una luchadora incansable por estimular y ordenar la donación de sangre en nuestro país.

Falleció el  17 de octubre del 2001, sobreviviéndola un hijo, tres nietos y cinco bisnietos.


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