Edith Chaverri Chaverri

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Edith Chaverri Chaverri nace el 28 de mayo de 1920 en la ciudad de Heredia,  conociendo desde muy temprano en su infancia la extensa y hermosa provincia de Guanacaste, lugar en donde probablemente germina su amor por la naturaleza, compartiendo con sus abuelos paternos el trabajo en las siembras.

En Heredia cursa sus estudios primarios, y luego se traslada a la capital, San José, para cursar la secundaria en el Colegio Superior de Señoritas, obteniendo con notas distinguidas su bachillerato. En esta Institución conoce a Hilda Chen Apuy y Nini Chinchilla, mujeres que, además de ser sus compañeras, se convirtieron en sus amigas

Cuando aquella joven bachiller del Colegio Superior de Señoritas expresó su deseo de estudiar agronomía, no sólo causó un revuelo en su círculo familiar, sino que marcó un hito en la historia nacional, Costa Rica tendría la primer mujer ingeniera agrónoma.

Con el apoyo de su familia decide ingresar a la Escuela Nacional de Agricultura, carrera que hasta el momento había sido cursada únicamente por hombres. Se convierte así en la pionera en obtener el titulo de Ingeniera Agrónoma de la Universidad de Costar Rica.

En el año1941, aún como estudiante, comenzó a trabajar en el laboratorio de Entomología, Fitopatología y Mineralogía, institución donde desarrolla su carrera profesional por muchos años.

A partir de 1967 presta servicios profesionales en el Departamento de Fitopatología del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Costa Rica (MAG), destacándose como encargada del diagnóstico vegetal de esa entidad, se le encomendó así el reconocimiento de las enfermedades de importancia comercial de nuestros principales cultivos agrícolas: Recibía material de todo el país lo cual la obligaba a una intensa practica de laboratorio y microscopio. Ella no solo determinaba la índole de los ataques; fungosos, bacteriales o virulentos a que se veían sometidas las plantas, sino que recomendaba el control más apropiado para cada caso. En esta labor se desempeño durante once años.

A lo largo de su trayectoria profesional, se dedicó por varios años a la docencia, como profesora de secundaria en el colegio Madre del Divino Pastor, impartiendo el programa de Ciencias Naturales (Botánica, Zoología, Mineralogía)

Con una trayectoria desarrollada especialmente en el ámbito de la investigación fitopatológica, esta herediana, quien ostenta el número de miembro 200 del colegio de Ingenieros Agrónomos, transformó en realidad lo que en aquel momento parecía un sueño; ser agrónoma. 


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